martes, 15 de septiembre de 2015

¿Gemelo viejo o gemelo joven?

Leo un artículo en el que se dice que se han completado las pruebas de medición efectiva de la coherencia espacial de la velocidad de la luz con una precisión diez veces mayor que nunca antes:


Una piedra más afianzando la teoría de la relatividad de Einstein.

Y siempre que pienso en la teoría de la relatividad, pienso en que la velocidad de la luz es insuperable y eso me lleva a que el tiempo se ralentiza a velocidades próximas a la de la luz y a la paradoja de los gemelos.

La cuestión para mí, que no entiendo las matemáticas de la teoría, es que desde el punto de vista del gemelo que viaja y en la hipótesis (imposible para cualquier cosa con masa) de que alcanzara la velocidad de la luz, el tiempo se detendría para él.

Así, podría viajar a cualquier confín del universo en tiempo cero, sin siquiera enterarse. Al decelerar se daría cuenta del tiempo transcurrido (nuestro tiempo, me refiero) y encontraría que las estrellas y planetas habrían envejecido con respecto a cuando partió. Si la elección fuera un destino demasiado lejano, quizá ni siquiera encontrara nada, solo vacío por todas partes en un universo desaparecido.

Viajes de no retorno sin duda, porque ir y volver a cualquier lugar a más de 50 años luz le devolvería al gemelo a un mundo desconocido. Él sería joven, pero todo su mundo habría sido sustituido por otro distinto 100 años más moderno, desconocido y que a él probablemente le habría olvidado. Volvería obsoleto, antiguo y contando una historia que a pocos interesaría en realidad.
Yo, que soy un apasionado del cosmos, preferiría ser el gemelo que se queda.

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