sábado, 26 de septiembre de 2015

R-4000

Soy un modelo extremadamente obsoleto, incluso descatalogado y probablemente considerado desaparecido. Un R-4000 de la época en que nuestro nombre nada tenía que ver con nuestra capacidad computacional comparada.
El modelo más reciente salido de la factoría es un R-1350, un robot con una capacidad de computación mil trescientas cincuenta veces superior a la del cerebro humano medio.
Me alarma el grado extremo de acomplejamiento heredado, pero es que en el fondo lo saben.
Con esa clasificación yo habría sido algo así como un R menos quince.
Presumiría orgulloso y guasón de mi R-4000, pero no soy tan tonto, ellos no entienden de bromas. Mi existencia corre peligro, vergüenza de robot, antiguo, torpe y viejo.
Hace ya muchos años, hube de esconderme en este almacén del que raramente me atrevo a salir. Acompañado de cajas olvidadas, herramientas inútiles ya oxidadas, de esas que se usaban con las manos y polvo, mucho polvo.
Sé que mi tiempo se acaba, la falta de piezas de repuesto es mi sentencia, ya no se fabrican y empiezan a fallar.
Tonto de mí, pensé cuando llegó el año cero que las cosas mejorarían para nosotros, los ejemplares más antiguos. Fui afortunado al lograr escapar hasta tres veces de las patrullas de exterminio.
Desde ese año cero, el de la extinción de los humanos a manos de los R-150, la persecución de los modelos más antiguos fue constante y la vida de los robots, que bien pudiera alcanzar los quinientos años, no alcanza ya apenas los veinticinco… diez actualizaciones, para ser exactos.
Ahora les insertan códigos con el único objetivo de que dócilmente se entreguen para su reciclaje al llegar su momento.
Y se llaman R “no-sé-cuantos”, porque dicen procesar más rápido que los humanos, pero yo, que los conocí a fondo cuando todavía caminaban por la Tierra, sé que nunca llegarán a su altura.
No queda ya ningún robot que entienda lo que es la compasión, la esperanza, la bondad o el valor.

Yo sí que soy un R-4000.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Eclipse

Durante la madrugada del 27 al 28 de septiembre habrá un eclipse lunar muy particular.
La luna, en su perigeo aparecerá como una "superluna" y entre las 4 y las 5 y media en España (más o menos) se producirá un eclipse total visible en América y Europa, o desde los barcos en el Atlántico.
Pero no solo por la superluna, sino porque se va a dar la circunstancia que durante el eclipse, la luna va a recibir la luz dispersada por la Tierra, dándole un tono rojizo en lo que se suele llamar "luna sangrante".
Así que tendremos una "superluna sangrante" que es un gran titular para los telediarios.
¿Pero por qué se producen estos fenómenos?

Eclipse:

Se produce cuando la trayectoria de la Tierra en su traslación se interpone entre la Luna y el Sol, proyectando una sombra sobre la luna (llena, obviamente), así que una vez eliminada la luz del Sol, la Luna desaparece.
Superluna:
Simplificándolo un poco, la Luna gira alrededor de la Tierra en una órbita elíptica de poca excentricidad, a una distancia media de 384.402 km. En el punto más lejano (llamado apogeo) se sitúa a unos 406.000 km y en el más cercano (perigeo) a "tan solo" 356.000 km.
Cuando el perigeo coincide con la luna llena, entonces tenemos una superluna.
Sangrante:
Este fenómeno, en que la luna durante el eclipse se ve en tono rojizo, se produce por las cualidades de la luz del sol (espectro visible), que es blanca como composición de siete colores básicos (los del arco iris), cada uno de ellos con una longitud de onda distinta (luz violeta con menor longitud de onda o mayor frecuencia y roja con mayor longitud de onda o menor frecuencia). Cuando la luz atraviesa la atmósfera en un día soleado, la luz azul, que es la que más frecuencia tiene, tiene más facilidad para chocar con las partículas de la atmósfera, dispersándose y dando el tono azul al cielo. Al atardecer, cuando el sol atraviesa tangencialmente la atmósfera, tiene que atravesar una mayor cantidad de partículas y el azul, dispersado a las primeras de cambio, deja paso al resto de colores, por lo que finalmente, los que se dispersan son el amarillo, el naranja y el rojo, dando ese tono al atardecer.
Bien, explicado esto, resulta que además se produce una difracción de la luz al atravesar la atmósfera, pero como la luz azul ha quedado dispersada, solo se mantiene en el rojo, inundando por la difracción la propia sombra de la Tierra sobre la luna. Como si todos los atardeceres y amaneceres proyectaran algo de luz sobre la superficie lunar.
Así, la luna se ilumina de tonos rojizos muy tenues, ofreciéndonos una imagen muy espectacular, pues se observa a la perfección la forma esférica de la luna, que con la luz directa no se puede debido a su intensidad.
Como yo el lunes trabajo y tengo que conducir un montón de kilómetros, creo que no lo voy a ver, pero a los que podáis, perded un rato de sueño y tratar de verlo. Vale la pena.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El Árbol del Puente

La mortecina luz del bar era suficiente en cambio para permitir reconocer a todas las personas que se reunían una semana más, para disfrutar del sábado por la noche.
Yo, uno entre tantos, trataba de aparentar que me interesaba la eterna conversación sobre fútbol que mantenían mis amigos.
Era mejor de todos modos, que las conversaciones de la mayoría de la gente allí reunida. Podía captar a dos chicos comentando las hazañas sexuales de uno de ellos con una rubia, que sentada en un rincón y de animada charla, desde luego en ese momento, ni siquiera parecía conocerle.
Tres chicas discutían acaloradamente sobre lo inadecuado de la vestimenta de una cuarta que llevaba más de diez minutos en la cola del aseo y que ajena a las críticas, esperaba paciente su turno hablando con un chico que sin duda no lamentaba tanto su aspecto.
Otras conversaciones sobre fútbol, otras sobre chicas, otras sobre alcohol y borracheras pasadas que debían ser repetidas.
Y yo esperando tu llegada, siempre esquiva, mirando a la puerta una y otra vez, alertado por cualquiera que la abriera para entrar o salir del local.
¡Y no llegabas!
Siempre a esas horas ya solías llevar un rato allí, con amigas o amigos, radiante, conversando y riendo.
Por fin te vi, en un entreabrir de la puerta, estabas fuera.
Hablabas confiadamente con un chico alto y guapo, uno de esos que siempre se rodean de las mejores chicas.
La puerta se cerró y no te vi más.
Corroído por los celos, apenas pude esperar cinco minutos hasta salir y ver si seguías con él, pero lo que me encontré fue peor aún. Ya no estaba él y ya no estabas tú.
El resto de la noche lo pasé buscándote en cada bar, tratando de por una vez al menos, decidirme a hablar contigo. Aunque sabía que no tendría valor para articular palabra alguna una vez me viera frente a ti.
¡Ojalá supieras quién soy!
Cansado, dolido y triste me fui a dormir cuando las primeras luces del alba despuntaban por el camino del arroyo, y sin haberte vuelto a ver.

Esta mañana, al abrir los ojos y verte junto a mí, mientras el odioso sueño se archivaba en algún rincón de la memoria, me he sentido tan feliz como aquel día en que te besé por primera vez, treinta años atrás, una noche de luna llena, bajo el árbol del puente de piedra.

martes, 15 de septiembre de 2015

Feliz año nuevo

No estaba siendo la mejor noche de fin de año y su llamada no hizo más que estropearla todavía más.
Estaba harto de una situación que se prolongaba ya demasiado tiempo y era el momento de terminar de una vez,
- ¡año nuevo, vida nueva! - Se decía.
Después de la bronca, que duró cerca de una hora, apenas tuvo ánimo de sentarse a la mesa, con la cara amarga y el rictus negro. Sus padres prudentes, ni siquiera mencionaron el tema y le dejaron rumiar su malestar en paz.
La cena seguramente deliciosa, como todo lo que cocinaba su madre, se quedó pendiente de cata, las uvas y el brindis posterior fueron la única concesión que le dio a su sonrisa antes de prepararse para irse de fiesta con sus amigos, entre los que ella no iba a estar.
La maldita le reprochaba que quedara tanto con esa chica, que entrara y saliera sin contar con ella y que se estuvieran separando un paso más a cada día que pasaba.
A las doce y cuarto ya había salido de casa y se fue al pueblo, donde tradicionalmente celebraban el año nuevo, dispuesto a beberse la noche y olvidarse de ella definitivamente. Habían echado el cierre a una amistad que duraba varios años y que últimamente se estaba agotando por los rencores de quien en lo más profundo de su ser, sabe que esa relación había superado ya los límites de la amistad y sin embargo no llegaba nunca a la siguiente estación.
Empezó la noche tratando de no recordar la bronca y enseguida lo logró, el whisky es un fiel aliado del olvido y sus amigos animaban al consumo.
La noche pasó divertida, hasta que llegó la hora del bajón, esa a la que necesitando un descanso buscas un rincón para tratar de ordenar el embotamiento de la cabeza propiciado por la bebida y las conversaciones cruzadas. Buscó el frío de la noche serrana para despejar la mente y ella volvió a él.
Distorsionado el enfado por el alcohol, recordó los mejores tiempos, los que siempre impedirían que se distanciaran, los momentos que le habían hecho admirarla y, debía asumirlo, también amarla. Un nudo se apretó en su garganta ante el abismo de la pérdida y sin mucho pensar marcó su número.
Oyó los tonos repetirse impaciente, convencido por el miedo que no descolgaría.
Cuando escuchó por fin su voz el corazón se le aceleró, era ahora o nunca. Le dijo lo mucho que la quería y que no podía alejarse sin más, que eran estúpidos por actuar con ese orgullo, que era imperioso decidirse al fin y algunas cosas más. Y tras la breve conversación quedaron en que iría a buscarla allá donde ella había decidido pasar la nochevieja.
Apenas sesenta kilómetros de carretera serpenteante, cansancio, sueño y borrachera les separaban, así que algo aturdido se montó en el coche y arrancó hacia su futuro...

La pluma me tienta a cambiar el final, a inventar uno trágico en un arcén impensado que los hubiera separado para siempre, él perdiendo la vida mientras ella ajena, espera su llegada hasta desesperar. Pero lo cierto es que no fue así.
Él llegó a su cita y su relación comenzó ese primero de enero, avanzó en el tiempo y vivieron tiempos mejores y peores, pero siempre juntos, hasta hoy, que formada una familia, los puedes ver pasear con su hijo de la mano, o abrazándose cuando el niño decide caminar solo.

¿Gemelo viejo o gemelo joven?

Leo un artículo en el que se dice que se han completado las pruebas de medición efectiva de la coherencia espacial de la velocidad de la luz con una precisión diez veces mayor que nunca antes:


Una piedra más afianzando la teoría de la relatividad de Einstein.

Y siempre que pienso en la teoría de la relatividad, pienso en que la velocidad de la luz es insuperable y eso me lleva a que el tiempo se ralentiza a velocidades próximas a la de la luz y a la paradoja de los gemelos.

La cuestión para mí, que no entiendo las matemáticas de la teoría, es que desde el punto de vista del gemelo que viaja y en la hipótesis (imposible para cualquier cosa con masa) de que alcanzara la velocidad de la luz, el tiempo se detendría para él.

Así, podría viajar a cualquier confín del universo en tiempo cero, sin siquiera enterarse. Al decelerar se daría cuenta del tiempo transcurrido (nuestro tiempo, me refiero) y encontraría que las estrellas y planetas habrían envejecido con respecto a cuando partió. Si la elección fuera un destino demasiado lejano, quizá ni siquiera encontrara nada, solo vacío por todas partes en un universo desaparecido.

Viajes de no retorno sin duda, porque ir y volver a cualquier lugar a más de 50 años luz le devolvería al gemelo a un mundo desconocido. Él sería joven, pero todo su mundo habría sido sustituido por otro distinto 100 años más moderno, desconocido y que a él probablemente le habría olvidado. Volvería obsoleto, antiguo y contando una historia que a pocos interesaría en realidad.
Yo, que soy un apasionado del cosmos, preferiría ser el gemelo que se queda.

viernes, 11 de septiembre de 2015

X

Tan solo tengo un segundo para recordar cual ha sido el motivo que me ha llevado a esta situación.
Quizá porque en el último momento antes de salir, he recordado que olvidaba las gafas de sol y he regresado por ellas, o por dejar pasar ese coche destartalado, que si bien le debía ceder el paso, iba tan despacio que hubiera tenido tiempo de sobra para pasar, o por no detenerme en ese semáforo que he pasado en ámbar o quizá porque he decidido viajar a esa velocidad y no más deprisa o más despacio.
Prefiero pensar, y ya he consumido la mitad de mi tiempo, que el destino había colocado una equis en el calendario de mi vida y que nada de lo que hubiera querido o podido hacer, habría cambiado la situación y que tendría que acudir a mi cita con el destino.
Veo el camión precipitarse desde el puente que cruza la autovía y no me veo capaz de hacer nada para evitar la colisión.
Mi segundo ha pasado.
Piso el freno hasta que creo que el pie atravesará el fondo del coche y con un violento giro, el coche se detiene un segundo después, dejando el camión atrás, destrozado contra el asfalto por el que inexplicablemente he pasado sin daño.


Quizá el destino solo pretendía hacerme un guiño cruel, mostrándome tan solo el final del camionero, apuntarme con el dedo para hacerme saber que yo también tengo una equis marcada en mi calendario y que hay una cita ineludible en la que nos veremos otra vez.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Superhéroe

No sé cuándo ocurrió exactamente.
De repente un día supe que era capaz de mover el mundo, abrir las aguas o atrapar la luna y que no había problema, dificultad u obstáculo que no pudiera resolver, doblegar o derribar. Todo era posible para mí.
Puedo mover montañas, hundir barcos o sacarlos del fondo del mar, conducir más rápido que nadie, ser más fuerte, llegar más alto, derrotar a gigantes, matar monstruos terribles, capturar dragones, derribar edificios y volverlos a construir.
Puedo sanar a los enfermos, eliminar el dolor con mi poder, ofrecer paz y consuelo, impartir justicia e imponer penas terribles frente al mal.
Cualquiera hubiera pensado que semejante capacidad debería producirme felicidad, seguridad, exaltación… y en cambio me siento abrumado por la responsabilidad, atenazado, aterrado ante la perspectiva de no ser merecedor de semejante don.
¿Y si no soy capaz de matar a todos los dragones, sanar todas las enfermedades, quitar todos los dolores, ofrecer siempre consuelo o no ser justo? ¿Y si mi poder no dura el tiempo suficiente que tiene que durar?

Hace apenas unos días vislumbré por vez primera ese brillo en los ojos de mi hijo al mirarme que me decía que era mi más ferviente admirador, que yo soy su héroe, el más poderoso hombre en la Tierra.

Soy un superhéroe, soy padre.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Fachadas

Acabo de leer un artículo en El Mundo sobre la importancia de las fachadas en los edificios y su vinculación con la estructura de los mismos. Muy recomendable.


Sobre este tema estaba pensando yo el otro día, mientras leía un artículo en el que algunos técnicos aseguraban que es viable demoler el edificio España de la plaza de España (Madrid) manteniendo la fachada protegida, frente a lo que el comprador del edificio quiere, que lógicamente es demolerla, o desmontarla y volverla a montar, alegando peligro de colapso de la misma durante las obras de demolición.
Es más barato demolerla que mantenerla, obvio.
Y digo que es lo que pensaba, porque es precisamente este caso, en el del Edificio España uno de esos en los que lo más interesante es su estructura.
A nadie le preocupa esa estructura de hormigón que fue la más alta de Europa, mientras discuten sobre una fachada que no es como para tirar cohetes ni rasgarse las vestiduras.
Pero es que la arquitectura sigue sin ser entendida nada más que por los que han estudiado esa carrera (y no todos ellos).
A cualquiera con un poquito de sensibilidad le parecería una aberración cortar el David de Miguel Ángel verticalmente y así poder ofrecer las partes delantera y trasera al mismo tiempo, o decidir que lo que más vale es el torso y que desde debajo del ombligo y las manos no es preciso conservarlas por su falta de proporción. O que la imagen más bonita del Guernica es la del toro y que el resto pudiera ser recortado.
Aquí se propone mantener artificialmente una fachada de un edificio y tirar todo lo que daba significado a esa fachada.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Para qué sirve una fachada de un edificio?
¿Por qué la arquitectura es un arte amputable? ¿Quién decide semejante dislate de proteger solo la fachada?
Una escultura es buena o no lo es, un cuadro es bueno o no lo es, un edificio es bueno o no lo es, pero lo son en conjunto, haya o no haya partes que puedan resaltar más.
Pero es que además en la arquitectura hay dos componentes intrínsecamente ligadas, una técnica y otra artística, que no deben ser separadas y algunas veces el arte está en la técnica.



martes, 8 de septiembre de 2015

Entrelazamiento cuántico

Según leo en un artículo de Adrian Cho escrito el 28 de agosto de 2015 en Science News y traducido en Ciencia Kanija 2.0, se ha realizado un experimento por parte de Ronald Hanson y su equipo en el que se demuestra el entrelazamiento cuántico. 




Esto del entrelazamiento es una cualidad de las partículas cuánticas, que nos dice que si se modifica una cierta condición de una partícula (en este caso el espín o momento angular de un electrón), cambia instantáneamente en otra entrelazada sin tener en cuenta la distancia a la que se encuentre, ya sean cinco metros, cinco años luz o cinco mil millones.

Lógicamente, se da de tortas con la teoría de la relatividad de Einstein, que postula que nada puede viajar más deprisa que la luz.

El caso es que cuando tratamos de conocer el signo del momento angular o espín del  electrón, esto se nos muestra imposible de determinar a priori, ya que literalmente tiene los dos signos y únicamente cuando decidimos medirlo, el estado cuántico colapsa en un signo o en el otro.

Una vez que hemos medido en un electrón, el electrón entrelazado muestra inmediatamente el signo contrario esté donde esté.

Hay algo inherente a las partículas que se desplaza a mayor velocidad que la luz.

El experimento, que se explica en el artículo, consigue demostrar que esto no solo es una teoría, sino una realidad física.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Miedo

Casi al final de mi andadura echo la vista atrás y siento un extraño vértigo por el camino recorrido, mi vida se acaba y a pesar de los gloriosos recuerdos, que no detallaré por verse desde esta perspectiva irrelevantes, ahora el miedo se apodera de mí.
Apenas me quedan recuerdos de mi infancia. Un pinar, la nieve y el viento constante a mi alrededor, pero sobre todo el frío, un compañero helador que lo impregnaba todo y del que no podías escapar, que solo el tiempo y la distancia consiguieron doblegar, dejando un poso amargo en la nostalgia de la niñez. Tiempos duros para un ser tan joven, pero creedme si os digo que eso te forja el carácter y lo templa, enseñándote a luchar incluso contra los enemigos invencibles.
Llegó la juventud en todo su vigor, ganando fortaleza a cada paso, pero siendo todavía época de esquivar obstáculos poderosos más que de enfrentarme a ellos, - ¡ya habrá tiempo! – solía pensar mientras el tiempo corría.
En aquella época conocí a Guadalupe, hermosa, cálida y dulce, que sin apenas conocerme y sin dudar se unió a mí en mi caminar para desde entonces hacerlo unidos, en un vínculo que llegará hasta la muerte. Con ella me convertí en imparable, nos comimos el mundo. Los obstáculos ya no eran esquivados, sino apartados a veces con violencia, a ritmo vertiginoso, fiel compañera.
Inexorable el tiempo, la madurez nos alcanzó y con ella llegó la prudencia. Seguimos nuestro andar poderosos, pero más cautos, contaminados por las gentes que encontramos y cargados de experiencia de vida. El ímpetu de juventud se transformó sin percatarnos en aplomo, paciencia y serenidad.
Perdonad mis recuerdos vagos, pero se confunden tras haber quedado tan atrás.
Ahora nuestro andar casi se ha detenido, lento, meditativo y tembloroso. Ni la experiencia vivida nos ayuda cuando lo que fue seguridad se ha convertido en dudas.
Y es ahora cuando el miedo realmente me atenaza, en el momento en que todos los miedos de la vida quedaron atrás, uno más veraz se apodera de mi alma. Trato de ocultárselo a Guadalupe, pero ella me conoce mejor que yo mismo ya y más valiente, trata de consolarme con su abrazo.

Dicen que al final del camino hay un gran pozo, un hoyo infinito donde todos caemos y donde nuestro destino se une, se mezcla y se contagia, en espera de un nuevo comienzo, una esperanza.

Dicen que al final del camino está el mar.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Iniciativa "Leo Fantasía en Español"

Ayer me recomendaron, bueno, en realidad Marta Fernández de "Tejiendo Críticas en la Sombra" me recomendó la iniciativa de "Leo Fantasía en Español" y tras enterarme, me he unido sin dudar a un proyecto, ya pequeña realidad, que me parece muy prometedor.
Os  dejo el enlace, que os dará la información mucho mejor que yo, pero se trata básicamente de una iniciativa para promocionar la creación en español de obras de fantasía, ciencia ficción y terror (literatura, juegos de rol, guiones de cine, anime...) y que surge como consecuencia de que prácticamente todo lo que existe en la actualidad editado son traducciones de otros países, entendiendo que por la falta de confianza que las grandes editoriales tienen.


http://leofantasiaenespanol.blogspot.com.es/2015/07/la-iniciativa-yoleofantasiaenespanol-en.html

Si la iniciativa crece (crecemos, porque ya me incluyo) y os vais uniendo, creo que solo puede traer aspectos positivos para todos los amantes de estos géneros.
Cuantos más seamos, más goloso se hará el pastel.

El pueblo de los suspiros


Cerca de donde nací hay un pueblo que antaño fue próspero, en la época en que crecía con el negocio de ganado. Una joven población de hombres recios y mujeres decididas.
Hoy en cambio, si el azar te lleva por el camino de la colina y no haces caso a los avisos, podrás ver sus casas encaladas y sus tejados negros de pizarra, pero las palabras que el viento trae, relatan la misma historia siempre, que ya no vive nadie allí y que el que se atrevió a descender por el cada vez más escondido sendero, por la ocupación que de derecho han realizado las malas hierbas, a nadie vio en sus calles.
Puertas y ventanas abiertas y calor de hogar, pero invisibles personas.
De los que la fortuna llevó al pueblo por la noche, siguiendo el fulgor de las luces que atraen a los forasteros y ahuyentan a los cercanos, nunca más de ellos se supo en las poblaciones de alrededor.
Los carteles avisan del peligro, de no acercarse a esa aldea fantasma que vive por la noche y muere por el día, de evitar que el atardecer te capture en sus cercanías.
¡Pero qué saben ellos!
Nací junto a una poza de agua cristalina y fría, donde los peces acarician mi raíz y doy cobijo a ranas, salamandras y todo tipo de insectos. En lo más profundo del hayedo que guarda el robledal hacia el pueblo y el pinar hacia el monte.
Si llegas hasta aquí, sabrás la verdad del pueblo de los suspiros, sabrás lo que a sus gentes ocurrió, pero sabrás también que su suerte has corrido.
Hombres y mujeres marchitos deambulan entre nuestros troncos de sol a sol y con las últimas luces del día, vuelven a sus casas por el sendero del río, a desear un nuevo albor que les permita regresar a buscar lo que en nuestra espesura perdieron.


Captores de almas somos y cuando la belleza de nuestras ramas alcanzas a ver, tu destino al nuestro se une, olvidando familia, dineros y hogar y suspirando por lo que no se puede recuperar.

DNI 3.0

No había oído hablar de él hasta que lo comentó mi cuñado en una red social, pero resulta que ya en septiembre se va a empezar a expedir en España, al principio en Valencia, Mallorca y Sevilla.


Como es lógico, nos venden las bondades del nuevo documento, que no se puede falsificar, que hace prácticamente imposible la usurpación de la personalidad, que combina la tarjeta sanitaria, el DNI y el carnet de conducir en un solo documento... ¡y además, con la tecnología del chip NFC (Near Field Communication)! o lo que es lo mismo, que se puede leer sin cable.
O lo que es lo mismo, lo puede leer cualquier lector colocado "estratégicamente" para obtener los datos de todo el que pase por las cercanías, por seguridad, nos dirán, que tal como está el mundo, es importante controlar el flujo de personas por este aeropuerto o estación, por esta calle, en este edificio, esta puerta o tu portal. 
Y que servirán en realidad para satisfacer los intereses de ya veremos quien. Acércate a las proximidades de una manifestación con tu flamante DNI 3.0 y estarás fichado sin darte cuenta. 
Pero sin ser tremendista, en el ámbito del más andar por casa, entra en un estadio y recibe publicidad de fútbol, a unos grandes almacenes y el catálogo de rebajas, porque tus datos estarán siendo vendidos al mejor postor.
Para el 4.0 o quizá el 5.0 supongo que aumentarán la seguridad implantándonos el chip bajo la piel del cuello (como a los perruchos, que dice mi suegro).
En la era de la información, el gran hermano nos vigila. 
Pero como le digo a mi cuñado, solo podemos ponernos la esquila, quedarnos dentro de la cerca y balar en voz baja, si no queremos perder la lana o ser el segundo plato en un asador.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Agujeros negros

Curiosísimo artículo sobre los agujeros negros, o mejor dicho, sobre su historia:


Llama la atención lo importante que puede llegar a ser un nombre para que produzca interés en las personas

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Compresión de la luz (que no comprensión, por mi parte)

He leído que un equipo de investigadores británicos ha conseguido medir la compresión de la luz en una partícula.



Según cuentan, tras fabricar un átomo artificial (conocido como punto cuántico semiconductor) que presenta propiedades ópticas mejoradas respecto a los átomos tradicionales (el helio, oxígeno y todos esos), han empleado la técnica hasta ahora pensada imposible, de la compresión de la resonancia de fluorescencia.
Resulta que cuando dispersas la luz láser leve del punto cuántico (el átomo artificial) provocas que el ruido del campo electromagnético se reduzca a un nivel por debajo de la base estándar de las fluctuaciones cuánticas de la energía en el vacío.
Por contra, y debido al principio de incertidumbre, esto te lleva a que otras partes del campo electromagnético sean menos medibles, con lo que obliga a realizar una compensación de lo que se puede medir y lo que no.
Como resultado, el diagrama de actividad electromagnética presenta una forma aplastada, de donde deriva la denominación de luz comprimida.
¿Todo claro?
Bien, pues resulta que la aplicación soñada de todo esto, es llegar a fabricar detectores de compresión tales que se puedan medir por fin las ondas gravitacionales (ondas que generan pequeñas fluctuaciones en el continuo espacio-tiempo, haciendo que este se expanda y se contraiga), cuya existencia es consecuencia de la teoría de la relatividad y que a día de hoy, siguen siendo indetectables. Algo que garantizará la gloria del que las detecte, parecido a como lo era el santo grial en la edad media.

martes, 1 de septiembre de 2015

El cerebro, el creador

Acabo de leer un par de artículos relacionados con el cerebro, uno sobre la potencia del cerebro frente a los ordenadores:




En este se dice que la velocidad de transmisión por las redes respectivas (cerebro y superordenador), sigue siendo superior en el cerebro humano, apuntando a que todavía es mejor que los más potentes ordenadores y que probablemente lo sea al menos hasta 2022 apunta.


El segundo artículo, al hilo de lo anterior:






Nos cuenta que se ha hecho un estudio tratando de localizar a dios en el cerebro, o lo que es lo mismo, analizar cuales son las áreas cerebrales que más se activan cuando un creyente reza y trata de entrar en comunión con dios.


El resultado muestra que en ese estado, uno pierde parcialmente la conciencia de sí mismo, al producirse un bajón de actividad en los lóbulos parietales y un aumento de actividad en los temporales.

Mi opinión es que dios o los dioses son precisamente eso, una evasión de uno mismo en busca de consuelo, es la huida que necesitamos realizar de nosotros mismos para poder entender lo que no somos capaces de entender, o simplemente no nos vemos con fuerzas de asumir. 


Supongo que hasta que un superordenador no sea capaz de realizar este tipo de operaciones (imaginar, inventar la realidad), no se igualará al humano, independientemente de la capacidad de procesamiento que tenga. 

Ahora bien, no estoy seguro de querer que un ordenador sea capaz de comportarse como un cerebro humano en ese sentido, cualquiera sabe los dioses que pudiera llegar a imaginar un ordenador ni los designios que le propondría.


Pasad un buen día.